El diccionario de la Real Academia Española, nos ofrece 3 acepciones de la palabra empoderar:
1- Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido.
2- Dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo.
3- Apoderar
Desde el trabajo por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, llevamos mucho tiempo, más de 20 años desde que se celebró la Conferencia Mundial en Pekín, concediendo mucha importancia a esta palabra, empoderar, para referirnos al hecho de obtener como mujeres, el acceso completo a nuestras capacidades, a nuestros derechos como seres humanos que quieren vivir en Igualdad sin discriminación por el hecho de ser mujeres. Es un proceso y a la vez un resultado, es un hecho colectivo y también individual, que tenemos que hacer cada una de nosotras.
Nos empoderamos, cuando nos damos cuanta de que ya somos capaces, cuando conectamos con esa fuerza interior que te conecta con tu presencia, tus capacidades y tu ser en el mundo, en definitiva, cuando accedemos a la gestión autónoma de nuestras vidas.
A las mujeres siempre se nos ha estado diciendo lo que tenemos que hacer. A lo largo de la historia y ahora también, nos dicen cómo ser mujer, cómo tenemos que vestirnos, cómo tenemos que educar a nuestros hijos e hijas, cómo ser una buena esposa, cómo ser una buena profesional, cómo ser sexi pero no descarada….siempre un poco tuteladas, siempre manteniendo el equilibrio inestable tan difícil de conseguir, siempre con esa sensación de estar en la cuerda floja, bajo la mirada atenta del juicio y la aprobación.
Pues el otro día en una de las formaciones de mindfulness que imparto, una participante, me dijo después de la meditación y en el espacio para compartir. “No te he hecho caso, es más, me molestaba tu guía y he conectado con lo que yo necesitaba en ese momento y me lo he dado, sin seguir tus instrucciones”. Esto que en cualquier otra formación, será casi terrible, en una formación de mindfulness es lo mejor que te puede suceder. Yo lo celebro y lo comparto, porque me siento moderadamente orgullosa.
Este comentario es la manifestación de un proceso de empoderamiento que se inicia con la práctica del mindfulness. Es la conexión profunda y no reactiva con nuestras necesidades y la capacidad de darnos eso que sabemos que nos va a venir bien. Es el acceso a nuestra responsabilidad como seres adultos que no necesitan tutelaje. Es la toma de conciencia sobre lo que necesito en cada momento. Es la sabiduría para discernir y elegir qué necesito, y quien me lo puede dar.
Mindfulness empodera. Con mindfulness desarrollamos el músculo de la atención y desde ahí, empezamos una relación profunda e íntima con nosotras/os mismas/os. Mindfulness no cambia la vida, esta no se vuelve de repente “de color de rosa”, seguimos resfriándonos, enfadándonos o poniéndonos tristes, pero sabes qué, podemos responder mejor a todo esto que nos pasa por el hecho de existir, y además, lo hacemos desde la responsabilidad y el cariño primero hacia nosotras mismas y luego desde ahí, hacia el resto de la vida.
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestría interior en Reiki, Socióloga
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