¿Por qué cuando alguien nos dice sueña, imagina, si no tuvieras límites, qué harías? nos quedamos bloqueados.
¿Es miedo?, ¿es impotencia?, ¿es la costumbre de acomodarnos a lo que hay? ¿Es esa sensación de que no podemos cambiar nada?
Pues tenemos que soñar, tenemos que imaginar y tenemos que crear.
Sólo cuando te das cuenta del poder que tienes empiezas a creer que puedes cambiar el mundo, tu mundo.
Leonor Roosevelt dijo que el mundo es de aquellas personas que creen en la belleza de sus sueños.
Y un día soñamos, sí.
Soñamos que teníamos alas y podíamos volar, imaginamos que podríamos viajar por el fondo del mar y surcar el espacio más allá de nuestro precioso planeta azul. Un día también soñamos con erradicar enfermedades, y con tantas cosas que han ido conformando nuestro presente y avanzando nuestro futuro.
Cuando éramos niñas, nos contábamos todo tipo de historias para jugar, no teníamos límites, podíamos ser lo que quisiéramos y poco a poco, con el paso de los años, nos fuimos olvidando, nos hicimos mayores y algo bloqueó nuestro poder interno de cambiar y de cambiarnos, dejamos de soñar, de imaginar, de sentirnos poderosos.
Cuando soñamos despiertos, nuestro cerebro se estimula como si fuera real, empieza a generar nuevas conexiones neuronales para facilitar nuevas posibilidades, y generamos un estado emocional como si sucediera de verdad eso que imaginamos. Es cuestión de entrenamiento.
¿Te imaginas que fuésemos a la consulta médica y nos dijeran: tienes que soñar despierta con el mundo que deseas para ti al menos una vez al día?.
Así de simple y así de potente.
Los límites más difíciles de romper están dentro de nuestra mente y ahí, tan sólo depende de ti porque tú tienes la llave del cofre de tus sueños.
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestría interior en Reiki, Socióloga
Este sitio web utiliza cookies. Si continúa navegando acepta nuestra política de cookies.
ACEPTAR