La práctica de Mindfulness siempre te recibe con los brazos abiertos, siempre estará disponible, sin reproches, sin juicios. Solo tienes que hacer un hueco en tu vida para estar contigo, sin querer conseguir nada, sin querer demostrarte nada. No eres mejor ni peor si practicas
uidamos con amor a nuestras hijas e hijos, cuidamos de nuestros padres, madres, pareja, amistades, suegras, suegros. De una u otra manera pensamos en ellos, estamos pendiente de ellos. Y esto está bien. Sin embargo, no puede suceder a costa de nuestra salud, a costa de nuestro equilibrio, a costa de nuestra plena existencia.
Si elegimos vivir dejándonos rozar por la Vida, elegiremos estar presentes en cada momento, permitiremos que la vida que se despliega en cada instante nos roce y nos transforme.
El tiempo vivido plenamente. A Pia contemplar el jardín le ayuda a reconocer–Se en el cambio, en lo impermanente, en lo inevitable que queremos dejar siempre para después.
Quiero contarte algunas vivencias del retiro de silencio y práctica de mindfulness que tuvimos hace una semana en Becerril de la Sierra. Algunas fueron compartidas al final, cuando retomamos la noble palabra y por fin nos miramos, nos hablamos tras dos días de noble silencio. Y una de las cosas más comentadas y que a mi también me llamó la atención, tiene que ver con el cambio, con lo que en mindfulness se denomina impermanencia.
Practicar Mindfulness es estar contigo misma/o, es dejar a un lado las prisas, los objetivos, los deseos, los problemas, para simplemente ser.
Mindfulness es un camino ético que abarca la experiencia vital tal y como es, momento a momento.
Imagina por un momento, una vida en la que desde nuestra infancia se nos inculque esta cultura del agradecimiento en vez de crecer pensando que todo esta disponible para el uso y disfrute sin más.
Hacía tiempo que no me encontraba cara a cara con esta vieja amiga, la ira. Hacía tiempo que no me sentía vapuleada, sometida, enganchada de cuerpo y mente a esta emoción tan desagradable. Sí, soy profesora de Mindfulness y enseño el programa MBSR para la reducción de estrés. Y sí, siento todas las emociones y a veces como voy a contarte me arrastran vertiginosamente a ese pozo oscuro del que cuesta salir.
Sentir que estás viva, significa recibir el día desde el agradecimiento por ese nuevo amanecer. Darte cuenta de que respiras o mejor dicho, acompañar a tu cuerpo cuando respira para maravillarte una y otra vez de ese hilo tan delicado e importante que te mantiene unida a la corriente vital.
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestría interior en Reiki, Socióloga
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