De nuevo la vuelta al cole. No sé si a ti te ocurre, pero a mi me pasa todos los años al comienzo de septiembre, siento como un hormigueo en el estómago, síntoma de cierto nerviosismo motivado por preguntas que me hago del tipo: ¿por dónde empiezo?, tengo que preparar esto y lo otro, ¿llamo para quedar con alguien, o todavía es pronto?……Es como cuando era niña y se acercaba la vuelta al cole: ver a las compañeras, saber en qué aula me había tocado, que profesores y profesoras tendría, comprar el uniforme (sí, yo llevaba uniforme), los cuadernos…..un ajetreo que se repetía todos los años y que me preparaba para el regreso a la vida cotidiana.
Atrás quedan los días de ocio, sin horarios o por lo menos sin horarios no auto impuestos, el despertarse con la luz del día y decidir remolonear un poco más en la cama (que rico sabe esto, ¿verdad?), desayunar tranquila, sin prisa, saboreando cada bocado, la siesta, en fin, lo que hacemos en vacaciones o por lo menos lo que hago yo. Y claro, después de haber vivido así, incorporarse a la rutina cuesta, a mi me cuesta.
Y siento decirte que no hay magia que lo resuelva, aunque seguro que leeremos cosas del tipo, 3 claves para volver a la rutina sin deprimirte o pasos para volver a trabajar y sentirte feliz….. en fin, bromas a parte, seguro que este tipo de artículos nos dan pistas interesantes que podemos poner en práctica. Pero si me lo permites, lo mejor que cada una de nosotras y nosotros podemos hacer es Vivir. Lo pongo en mayúsculas, porque parece que se nos olvida y es lo más importante. Vivir, vivir cada minuto, cada segundo, tomando conciencia de lo que significa estar vivos, sentirnos vivos, respirando, tan solo respirando. Parece sencillo, verdad?, pues lo es. Prueba a hacerlo, párate un instante y respira, siente como respiras, que fácil es. Y así, respirando, podemos hacer un tránsito más paulatino y amable, incluso a lo mejor, hasta te das cuenta de que no hay ningún tránsito que hacer, que solo tienes que seguir respirando.
Y es muy probable, que en la medida que te hagas más consciente, todo lo demás pierda relevancia en tu mente. Deje de ocuparte todo el espacio y así puedas dedicarte a planificar con tranquilidad los próximos días.
No sé si a ti te ocurre, que parece que todo lo tienes que hacer es para ya mismo. Para mi, te lo confieso, esto era (y a veces lo es), una gran fuente de estrés. Es como si lo que imagino en el futuro lo tuviese todo delante, para ya. Por eso me ayuda mucho, estar presente para poder planificar con el corazón, no solo con la cabeza. Cuidándome, eso sobre todo. Es decir, no pisando el acelerador a fondo, permitiendo que en la agenda haya espacios de ocio o tiempo para mi. Incluso prueba a dejar tiempo vacío, sin nada que hacer. La vida esta para vivirla y el tiempo no es infinito, al menos no el que estamos aquí.
Así que un buen objetivo para la vuelta al cole podría ser: Vivir más consciente. Vivir con Mindfulness
Pronto escribiré sobre mis aprendizajes de este año en el retiro de silencio y Mindfulness que he realizado en Agosto. Además pronto espero poder abrir un grupo de trabajo con Mindfulness, para vivir más conscientes y con menos estrés, así que si te apetece puedes escribirme a belen@mindfulnesscongenero.com
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestría interior en Reiki, Socióloga
Este sitio web utiliza cookies. Si continúa navegando acepta nuestra política de cookies.
ACEPTAR
Sorry, the comment form is closed at this time.