No tenemos recuerdos de como fue aprender a caminar. Quizás cuando vemos a una niña dar sus primeros pasos, sentir la inseguridad, perder el equilibrio, caerse, levantarse y volver a empezar, nos imaginamos lo que pudimos sentir en ese momento por el que pasamos todos los seres humanos.
Una vez que caminar se aprende, se hace automáticamente, el cuerpo está diseñado para levantarse, sostenerse de pie y caminar erguido. Lo hacemos continuamente y por lo tanto, no le préstamos atención, a no ser, que en algún momento tengamos algún problema o cuando los achaques del envejecimiento, nos recuerdan que los huesos también van cambiando.
Caminar paso a paso, de manera consciente, es una práctica formal de mindfulness. Todas las personas que en el mundo meditan, en algún momento han caminado conscientemente como parte de su práctica.
Cuando caminamos solemos desplazarnos hacia algún lugar, hay una intención de ir hacia delante y el objetivo a conseguir, el lugar al que llegar hacen que perdamos contacto con todo lo demás.
Al elegir meditar caminando, escogemos prestar atención a cada movimiento que hace el cuerpo para caminar. Levantar una pierna, doblar la rodilla, avanzar y plantar el pie en el suelo, sentir la respiración presente en todo momento o quizás, acompasarla como en un baile con el caminar, son momentos de plena consciencia.
Mindfulness se entrena, la atención plena es una capacidad innata de tu mente, que necesita ser ejercitada desde el respeto y la amabilidad. Caminar paso a paso, lentamente sin prisa, puede ser tu práctica del día.
Porque al elegir meditar caminando, dar unos pasos conscientes, estarás movilizando la intención de estar más presente, de conocer la mente, cómo funciona, su contenido. Estarás también, entrenando la atención, ofreciendo tu presencia momento a momento a cada paso, y por supuesto, también movilizarás las actitudes que sostienen nuestra bella práctica, el no esfuerzo, la aceptación del momento, el soltar y fluir en el presente y la curiosidad por conocer, sentir, notar, lo que ocurre la próxima vez que eleves la pierna, se doble la rodilla y sientas como se posa el pie en el suelo.
Como nos dijo el maestro de mindfulness Thich Nhat Hanh: “el milagro no es caminar sobre el agua. El milagro es caminar sobre la tierra en el presente y apreciar la belleza y la paz disponibles ahora.”
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestría interior en Reiki, Socióloga
Este sitio web utiliza cookies. Si continúa navegando acepta nuestra política de cookies.
ACEPTAR
Sorry, the comment form is closed at this time.