Dentro de unos días comenzaré un retiro de Mindfulness de 6 días de duración. Será un retiro de silencio durante el que me comprometo a no hablar, a no hacer gestos, a no leer y a no escribir. Muchas son las personas que se han sorprendido cuando se lo he contado y pocas las que han compartido mi interés.

Si me preguntas si tengo miedo, te responderé que sí. Me da miedo sentirme sola, me da miedo que mi cabeza se acelere hasta que parezca que me vaya a estallar, me da miedo que el cuerpo me duela durante las horas de meditación, me da miedo no ser capaz…

Pero si me preguntas para qué lo hago, te responderé que me gusta la vida, que amo la vida. Una vida que sin darnos cuenta se escapa y esto no es un tópico, es una realidad porque gran parte de  nuestra vida (y me incluyo), la gestionamos de manera inconsciente. Ponemos en marcha el piloto automático y hacemos un montón de cosas, de hecho no paramos de hacer cosas, es como si vivir fuera precisamente eso, hacer, hacer, hacer.

Y yo, desde hace unos años, lo que quiero es sentir. Sentir lo que me agrada y también lo que no me agrada, y para ello, tengo que parar mi mente y saber que no estaré muerta si lo hago, si no que por el contrario me abriré a la vida. Me abriré a una vida rica en sensaciones, en olores, en sonidos….una vida que respira sin esfuerzo, una vida que no empuja que se deja fluir, que es receptiva y amorosa…que se abre al universo irradiando amor y amistad.

Porque Mindfulness significa Atención Plena al momento presente, instante tras instante, que es el lugar en el que transcurre la vida. Mi vida. Una vida en la que he elegido dedicarme a ser guía y acompañante de personas que quieren transformar su vida y transformarse para ser más felices. Es una tarea preciosa que me requiere formación y disciplina para estar centrada, para ser consciente y empática, para ponerme en su lugar sin perderme yo. Para encontrarme en cada instante.

Me despido con unas palabras que a veces me repito antes de iniciar una meditación y que están sacadas del libro del Mindfulness de Bhante Henepola Gunaratana.

“Que pueda mi mente verse colmada de pensamientos de amor, amistad, compasión, alegría empática y ecuanimidad. Que pueda ser generosa, tranquila y relajada. Que alcance la paz y la felicidad. Que disfrute de salud. Que mi corazón sea más tierno. Que mis palabras agraden a los demás y que mis acciones sean amables.

Que pueda, sin importarme dónde me lleve la vida, acoger a la gente con felicidad, paz y cordialidad. Que pueda verme protegida, en todas las direcciones de la avaricia, el enfado y la aversión, el odio, los celos y el miedo”.