Ha llegado el momento de cuidarnos, de darnos un respiro para tomar aire y respirar, tan solo respirar de forma consciente. Muchas veces, quizás demasiadas, nos olvidamos de que estamos vivos y que esto es ya un maravillo regalo que merece ser honrado. Pero claro, no es fácil darse cuenta si estamos inmersos en el hacer. Te imaginas lo que serÃa si cuando nos despertásemos, justo en ese instante en el que somos conscientes de que estamos despiertos, nos preguntásemos ¿cómo voy a vivir hoy? ¿cómo de consciente voy a ser? ¿cuántas cosas me voy a permitir sentir? en vez de ¿qué tengo que hacer hoy? Pues yo si tengo la capacidad de imaginar y de aplicármelo muchas veces y te puedo asegurar que las cosas cambian para bien.
PermÃteme que te cuente una historia:
Cuenta la leyenda que hace muchos años, habÃa un concurso de leñadores muy famoso al que acudÃan las personas más entrenadas del lugar. Pues bien, en la final, cuando ya solo quedaba decidir cuál de los dos finalistas era declarado el campeón del concurso, pasó lo siguiente. Ambos se afanaban cortando y cortando, ante el silencio de los asistentes el ruido de las hachas sonaba una y otra vez. Uno de los leñadores de repente se dio cuenta de que no escuchaba el hacha del compañero, ¡qué bien! pensó, está agotado y yo voy a seguir a tope para sacarle ventaja. Al cabo de unos minutos, de nuevo se oyeron las dos hachas rasgando el aire. De nuevo una de ellas dejó de escucharse, y el leñador pensó, Ja!, otra vez está agotado y tiene que descansar, desde luego esto es pan comido, voy a ganar seguro. Y cual fue su sorpresa cuando de repente dieron por concluido el concurso porque ya habÃa un ganador y él no habÃa terminado. No puede ser pensó y asà se lo dijo al otro competidor, yo he cortado troncos sin parar y tú sin embargo, has parado varias veces, ¿cómo es posible que hayas ganado?. Querido colega contestó, claro que paraba cada cierto tiempo para afilar mi hacha y tenerla a punto, con eso conseguÃa cortar más troncos con mucho menos esfuerzo.
¿Te ha gustado?, espero que sÃ. La moraleja está clara, más vale parar y afilar nuestra hacha. Parar para dedicarnos ese ratito que nos ayuda a centrarnos. Eso nos permitirá vivir más felices y con menos esfuerzo.
Te aseguro que el coaching emocional y el Mindfulness pueden ayudarte a conseguirlo.
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación NeurolingüÃstica (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestrÃa interior en Reiki, Socióloga
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