Sabiduría en una col lombarda: mindfulness con género

El otro día en una de las clases, mientras comentábamos cómo nos había ido la semana investigando la cualidad de estar presente, atenta, despierta a la vida, despierta a todas esas actividades y momentos cotidianos, una de las participantes, nos relataba su experiencia de comer consciente un sencillo plato de lentejas.

La curiosidad que conlleva la práctica de la atención plena y el recuerdo de la humilde pasa que habíamos comido juntas en la clase anterior, le hizo recordar la conexión con la naturaleza y le despertó la curiosidad de saber qué había sido necesario, para que esa legumbre estuviese en su plato. Pudo investigar la planta, la vaina de las lentejas, su proceso de desarrollo, el agua, la tierra y el sol que necesita y, por supuesto, la intervención humana para que el alimento llegue a nuestras mesas.

El relato despertó la curiosidad de todas con respecto a lo que comemos y descubrimos que muchas de nosotras no sabemos de dónde proceden los alimentos que comemos, no sabemos nada de su proceso de desarrollo. Una de mis pasiones, despertada sin duda, por la intención firme de vivir más consciente, es la horticultura.

Hay tanto que podemos aprender de la Naturaleza si estamos atentas…Así que les conté la sabiduría que encierra una col, por ejemplo, una col lombarda.

El autocuidado es una de las actitudes que impregna el aprendizaje de mindfulness y, desde luego, es el lugar desde el que yo lo enseño.

La col nace completamente vulnerable, apenas unas hojas sobre un suave tallo. Con el tiempo, agua y sol, ese tallo se engrosa, se hace fuerte porque tendrá que sostener bastante peso. En su parte de arriba empiezan a generarse unas grandes hojas como murallas que protegen la parte interior. Y ahí, en el centro mismo de la planta, se empiezan a replegar sobre sí mismas, pequeñas hojitas. Una sobre otra, una sobre otra, envolviéndose. Al principio es muy frágil, podríamos separarlas con facilidad, hay mucha vulnerabilidad en la planta. Con el tiempo, su proceso de autocuidado se hace más intenso y las hojas van creciendo, protegiendo a la anterior y así, una y otra vez, hasta formar una esfera compacta casi imposible de penetrar.

La col lombarda se protege. No hay consciencia en ello, hay una tendencia actualizante que le hace dar lo mejor de sí misma y hacer lo necesario para conseguirlo.

Nosotras/os, en nuestra sociedad, estamos muy alejadas de nuestra parte natural, vivimos desconectados/as del cuerpo. Un cuerpo – mente que tiene su tendencia actualizante, que está diseñado para protegerse, cuidarse y dar su mejor versión. Además, tenemos algo que la col no tiene, y es, esa capacidad de darnos cuenta, de hacernos conscientes, de vivir estando presentes. Mindfulness. Podemos llevar consciencia a las necesidades físicas momento a momento, podemos llevar consciencia a las necesidades psico afectivas momento a momento, podemos llevar consciencia a cómo nos tratamos. Y como dice otra de mis alumnas, “háblate bonito que tu cerebro te escucha”.

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