Cuando escucho resonar en mi mente la palabra espaciosidad, me llegan imágenes del mar abierto bajo su línea del horizonte, me llega el resplandor del sol calentando cada pedacito de la tierra, me llega una mirada al cielo azul inmenso o la hierba en el campo mecida por una suave brisa.
Son momentos de plenitud, momentos en los que soy consciente de que respiro y el aire alimenta cada célula de mi cuerpo. Son momentos en los que en mi mente se abre sin límites para llenarse de pura presencia del momento.
Con mindfulness cultivamos esa mente espaciosa, una mente clara, amplia que puede ver con claridad. Lo contrario es una mente turbia, una mente que no es capaz de discernir, una mente que se ofusca, que se enreda, que no encuentra su lugar, inquieta, incómoda.
Todas son la misma mente y todas tenemos momentos de sentir una u otra versión.
Cultivar es una tarea que requiere constancia. Si has plantado flores o cultivado un pequeño huerto, sabrás que hay dejar que pase el tiempo. Sabrás también, que hay que regar, quitar las hierbas que no dejan crecer, alimentar con abono, incluso, hablarles y decirles palabras bonitas.
Con nuestra mente ocurre lo mismo, para que sea cada vez más una mente espaciosa, amplia y clara, tenemos que nutrirla, tenemos que cuidarla. Hay muchas maneras de hacerlo. Pero para todas ellas, necesitamos mindfulness, es decir: tener la intención de estar presente momento a momento.
Cuando has saboreado esa mente espaciosa, amplia y clara sabes que es posible. Ya no son palabras bonitas que lees o que escuchas de alguna persona. Sabes por tu propia experiencia que es posible, que tu mente tiene la facultad de ampliarse, de clarificarse de ser bella y llenarse de amor.
Con la práctica de la meditación mindfulness entrenamos esta mente espaciosa, entrenamos la capacidad de ver con claridad la experiencia del momento. Es sentir una sensación de mar abierto en la mente, o de un cielo claro inmenso, más allá o incluso en medio del ajetreo de la vida cotidiana.
Dedicarnos unos minutos para parar y estar presente, aunque sea en una respiración, cultiva día a día esta mente mindful, esta mente espaciosa que puede acoger y sostener desde el amor y la amabilidad cualquier momento que estemos viviendo.
Y como todo en este bello camino, lo mejor que es salgas y lo compruebes.
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestría interior en Reiki, Socióloga
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