Te propongo un juego

Abre tu bolso, ese que sueles utilizar más, con el que te sientes bien. Ya lo tienes, ok, veamos que hay dentro. No, no, no hace falta que lo sepamos, tan sólo ve sacando las cosas que llevas y haz tres grupos con ellas.

Primer grupo: cosas necesarias. Son cosas de tipo, las llaves de casa, dinero, las llaves del coche o el billete de metro si utilizas el transporte público.

Segundo grupo: cosas que podrían ser útiles. Por ejemplo, un paquete de pañuelos, el teléfono móvil, las gafas de sol si es de día, gafas de ver si las necesitas etc.

Tercer grupo: cosas que no entran en ninguno de los dos grupos anteriores, o sea, que son prescindibles. Por ejemplo, el neceser, un estuche con bolígrafos, un libro, colonia… cada cuál que mire a ver que cositas lleva.

Ahora empieza a guardar  de nuevo todo en el bolso, pero en el siguiente orden:

Primero guarda las cosas que has clasificado como necesarias. ¿Ya lo tienes? Pues ahora cuélgalo de tu hombro y siente su peso.

Después guarda las cosas que podrías necesitar y entonces haz la misma operación. Supongo que tu bolso pesa un poco más.

 Y por último guarda el resto de cosas y comprueba su peso. Mucho mayor, ¿no?

Pues bien, esto que hemos hecho con el bolso, podemos hacerlo con nuestra vida. A veces cargamos a diario con cosas que no son necesarias, o que ni siquiera son nuestras. El día a día se hace pesado, demasiado pesado y lo único que queremos es que todo sea más ligero, que nos cueste menos.

Por eso te propongo un sencillo ejercicio.

Tómate un rato para pensar y sentir, qué cosas de tu vida cotidiana no son necesarias y te pesan. Cuáles son verdaderamente importantes y cuales prescindibles. A lo mejor son cosas que puedes delegar en otras personas, o directamente eliminarlas de tu vida.

 No tienes que vaciar el bolso de golpe, pero si lo vas haciendo poco a poco, te aseguro que tu vida será más ligera y te sentirás más libre.

Simplifica tu vida