Campanas de Mindfulness

Oct 05, 2021 by Belen Category: Blog, mindfulness con género 0 comments

La intención de la formación en Mindfulness va mucho más allá de practicar meditación. Si has realizado alguna formación conmigo o con cualquier otra persona que esté cualificada, habrás visto que la práctica de Mindfulness tiene que impregnar la vida cotidiana. No tiene mucho sentido sentarte un rato a practicar en casa, si luego vas todo el día, acelerada/o, a la mínima te pones de los nervios, levantas la voz, no escuchas, o, no te das cuenta de tus emociones, o no las gestionas etc.

Mindfulness es una manera de ser y estar en el mundo, es elegir vivir consciente siendo amable contigo misma/o y con los demás, también con la Naturaleza y todos los seres vivos con los que compartimos este maravilloso mundo. 

Y dicho esto, la práctica formal, esa que hacemos en casa o en comunidad, sí cuenta. Con esta práctica cogemos músculo, vamos entrenando a la mente para que esté despierta, consciente, atenta y en calma. 

Y para ayudarnos en la vida cotidiana, tenemos nuestras campanas de Mindfulness. Esta expresión se la debo a una de mis maestras Patricia Giraud, con la que he realizado un retiro de silencio y mindfulness este verano. Las campanas de mindfulness nos ayudan a conectar con el presente reconociendo cómo entramos en piloto automático y eligiendo nuestras campanas para regresar al momento presente. Son casi infinitas las posibilidades. Puedes elegir momentos o actividades muy cotidianas. Yo te cuento las mías, pero date permiso para explorar qué es lo que más te conviene y funciona. 

Campanas de Mindfulness: 

  • Al despertarme, tomo unos instantes ya con los ojos abiertos para darme cuenta de que estoy despierta. 
  • Lavarme la cara, las manos.
  • Cepillarme los dientes.
  • Cerrar la puerta de casa cuando salgo
  • Sentir que abro la puerta del portal
  • Los primeros pasos al salir a la calle.
  • Esperar a que se abra el semáforo
  • Cuando conduzco sentir el contacto del volante.
  • Cerrar el coche cuando lo aparco.
  • El primer trago de un vaso de agua o infusión
  • Sentir que respiro en diferentes momentos del día.

Bueno, la lista podría seguir y seguir. Y ahí está el truco, en dejar que Mindfulness impregne, invada si quieres, la vida cotidiana, porque es donde estamos la mayor parte del tiempo. Así que:

¡Qué empiecen a sonar las campanas de Mindfulness!

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