Cuando te adentras en el campo del mindfulness empiezas a entrar en contacto con una serie de actitudes que forman parte del aprendizaje, de las prácticas y de la consciencia en general.

Una de esas actitudes nos conecta con la mente de principiante, con la capacidad que tenemos los seres humanos de refrescar nuestra mirada ante todo lo que nos rodea, incluidas nosotras mismas.

Las actitudes se entrenan, se practican y se movilizan a través de la intención. En nuestro mundo rápido y competitivo hay pocas ocasiones de entrenar esta actitud de curiosidad. Probablemente no tengamos tiempo para detenernos unos instantes. O si lo tenemos, lo consideramos una “perdida de tiempo” frente a todo lo que tenemos que hacer. Por eso solemos salir a caminar con un objetivo, hacer algo de ejercicio, perder peso, vida saludable, ir hacia algún lugar concreto…

La práctica de mindfulness nos ayuda a entrenar la presencia momento a momento.

Esta presencia abre el espacio para que se den otras actitudes ante la vida que quizás no estén de moda o no sean rentables. Me refiero a la capacidad de asombro. Sí, eso que sucede en un instante y, que si no prestas atención, se disuelve. Es imposible de atrapar, no se puede vender ni comprar, simplemente es y tú, puedes estar presente en ese instante.

Estar presente, asombrarte, apreciar, amar, ser compasiva/o son eslabones de una misma cadena que quizás podríamos poner el nombre de felicidad. Como escribió mi queridísima y apreciada poeta Mary Oliver: “

“¡Claro! El camino al cielo

No se encuentra en meras millas

Está en la imaginación

Con la que percibes este mundo,

                                                           Y los gestos

                                                                 Con que lo honras.”

Mindfulness nos invita a asumir y abrazar nuestra responsabilidad hacia una misma/o y hacia el mundo. Al final la gran pregunta podría ser: ¿cómo quiero vivir que me haga el mayor bien a mi y a los demás?

Yo elijo estar presente, yo elijo parar, yo elijo asombrarme ante el mundo.