Volver del silencio, la quietud, la calma. Siempre que vuelvo de un retiro de silencio resuenan en lo más profundo de mi corazón las respiraciones de las personas que lo compartimos. Los sonidos de un retiro de silencio son los de la calma, los de los pájaros al amanecer mientras meditamos caminando, los de las […]
Hoy quiero escribir sobre el silencio, porque este fin de semana he tenido la oportunidad de experimentarlo de nuevo y de reflexionar sobre ello en el retiro que tuvimos en Ávila sobre las claves de mindfulness para una vida consciente.
Me surgen preguntas sobre el silencio: silencio de quién, silencio de qué y silencio para qué.
Preguntas potentes que voy a intentar responder, siempre desde mi experiencia personal y también compartiendo reflexiones de otras personas que también han experimentado ese silencio.
La primera vez que realicé una jornada de silencio como participante, fue dentro del curso MBSR de mindfulness para la reducción de estrés que realicé hace ya más de 10 años. Esa jornada me asustaba, estaba llena de dudas, no sabía cómo sería estar 6 o 7 horas en silencio sin hablar, sin móvil, sin leer, sin comunicarme con las otras personas. Cómo sería comer en silencio, escuchar los sonidos de mi cuerpo y el de los demás. Los sonidos de los cubiertos chocando con el plato… todo me era ajeno, diferente. Recuerdo perfectamente esa jornada, fue en una finca en la sierra de Madrid, hacía un día de primavera soleado y cálido.
Hace ya muchos años tuve mi primera experiencia en un retiro de silencio y práctica de mindfulness. Iba con miedo, con muchas expectativas, era mi primera vez y yo hablo bastante. Tampoco era tan frecuente como ahora, así que no tuve mucho apoyo, más bien lo contrario: ¡no vas a aguantar! ¡seguro que hablas! ¿y pagas por eso? En fin, ya te imaginas. Pero lo hice, y claro que hubo alguna dificultad, me enfrenté a 6 días sin experiencia previa. Yo había realizado hace un año el programa de reducción de estrés MBSR del que ahora soy profesora, pero no había tenido una experiencia como esa. Después vinieron más retiros, incluso varios de 10 días y siempre tengo aprendizajes.
Una puerta de entrada para que quieras más, para que reconozcas que a pesar de todos los obstáculos, hay una manera de vivir mas blanda, más amable, más atenta, más compasiva
en un retiro de silencio y práctica de mindfulness, se difumina la barrera entre la práctica formal y la práctica informal. Todo se convierte en una práctica de meditación
Uso de cookies
Este sitio web utiliza cookies. Si continúa navegando acepta nuestra política de cookies.