Cada vez que me siento a hacer una práctica de atención plena, solo estoy conmigo. ¡Vaya! lo escribo y parece fácil, pero mi práctica me dice que no lo es.
Siempre es un acto valiente, incluso cuando lo deseo más que nada. Al sentarme en la quietud del cuerpo, la mente continua con sus pensamientos. A veces pasan muchos minutos hasta que se ralentizan y empiezo a hacerme más consciente
Todas estamos en esa rueda de hacer, conseguir, tener, yo también por supuesto, pero la práctica continuada de mindfulness nos permite un pequeño vislumbre, de que otra manera de vivir esta vida es posible. Todo aquello que tiene un carácter neutro por común, por disponible, puede convertirse en instantes de belleza que nos nutren, que nos hacen sentir parte de este mundo.
en un retiro de silencio y práctica de mindfulness, se difumina la barrera entre la práctica formal y la práctica informal. Todo se convierte en una práctica de meditación
Soy instructora de Mindfulness y profesora del programa MBSR de Mindfulness para la reducción de estrés. Después de las fiestas navideñas me contagié con el Covid-19 y empecé a formar parte de esas cifras de personas contagiadas que, hasta entonces, veía publicadas en el periódico o escuchaba en el telediario.
Practicar la aceptación no es fácil, en realidad nada de lo que tratamos desde los cursos de Mindfulness es fácil porque hablamos de lo que es la intimidad de un ser humano. En este sentido, mindfulness no es algo que se aprenda leyendo, ya que es una manera de ser y estar en relación que […]
Estando presente, calmamos a la mente, la mantenemos centrada en la vida sin necesidad de distraerla haciendo otra cosa diferente a la que estemos haciendo.
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