Mindfulness ante la muerte

muerte

¿Crees que es posible asistir a una conferencia sobre mindfulness y la muerte saliendo plena de dicha?
Pues sí, te lo aseguro, porque eso mismo es lo que yo sentí y, creo que no me equivoco si digo que ese sentimiento fue compartido por las personas que llenábamos el salón de actos de la Facultad de ciencias Políticas y Sociología. Allí, escuché durante 2 horas a Frank Ostaseski hablar sobre cómo la muerte puede enseñarnos a vivir una vida plena. Fue una conferencia sincera, amable, sentida, llena de vida y por lo tanto de experiencias ante la muerte. Compartió algunos de los aprendizajes de sus muchos años acompañando desde mindfulness a personas en el proceso de morir y que están ampliados en su libro, recientemente publicado y que te recomiendo, que lleva por título: “Las cinco invitaciones. Descubre lo que la muerte puede enseñarnos sobre la vida plena” publicado en la editorial oceano.
Y hoy quiero compartir contigo una de las cosas que más me impactó y que me conectó con una vivencia personal.

Frank Ostaseski comentó, que morirse, es el proceso de quitarse todo….para llegar a lo más esencial, a aquello que hemos sido siempre. Esta frase me impactó y me conectó con mi propia experiencia ante la muerte de mi madre. Ahora, 9 años después, recuerdo los últimos días de vida de mi madre y esos momentos que pasamos juntas como un regalo. En los dos últimos meses, mi madre se fue desprendiendo de todo, primero de los anillos que llevaba, luego de sus piezas de bisutería que fue repartiéndonos, se despidió de sus amigos queridos, decidió no vestirse con ropa de calle y llevar un sencillo camisón con su bata de siempre….soltó enfados y rencores pasados, perdonó…..se liberó de sus roles de madre, trabajadora, jefa, esposa, directora, abuela…., soltó también sus fortalezas y abrazó su vulnerabilidad. Fue un proceso tranquilo, día a día. Por eso, la semana pasada mientras escuchaba la conferencia comprendí cómo mi madre simplemente se había despojado de todo lo superficial para conectar con lo esencial y entrar liberada en esa nueva etapa que forma parte de la vida. Sí, morirse es parte de la vida, no nos gusta hablar de ello, nos da miedo, nos conecta con nuestra vulnerabilidad y la de nuestros seres queridos y por eso, vivimos como si la muerte no fuera nunca a sucedernos….siempre es más lejos, siempre más tarde. Pero sabemos que no es así, y por eso, me resulta tan fascinante el acercamiento de mindfulness ante la muerte. La propuesta es la consciencia. La propuesta es tenerla presente, no como algo terrorífico que nos puede suceder, si no, para vivir más despiertos, más conscientes. Para disfrutar de cada minuto de cada día, para no dejarnos enredar por rencores y viejas rencillas, para conectar con eso esencial que tenemos, para disfrutar de cada respiración. Mindfulness nos propone la vida consciente, sea lo que sea que trae en este momento. Desde mindfulness aprendemos que la vida está llena de instantes, algunos agradables, otros desagradables y otros neutros. Y todos son bienvenidos, porque forman parte de la experiencia de la vida. Morirse es la Vida. La muerte no es algo que ocurre al final de nuestros días, la muerte está siempre presente, es un proceso que se da continuamente en la naturaleza y por lo tanto también dentro de nosotros. Frank y Mindfulness nos invitan a poner todo nuestro ser en la experiencia, también en la experiencia de la muerte. Al final, me compré el libro y esperé pacientemente a que me lo firmase. Al llegar mi turno, me preguntó, ¿qué es lo que te ha traído a esta conferencia?, yo le dije: haber podido acompañar a mi madre cuando murió. ¿Un regalo?, me preguntó él, sí, sin duda, fue un regalo, contesté.Y luego en su dedicatoria me escribió: Belén, To welcome. Everything is an act of love. Nos dimos la mano y sonreímos.

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