Un, dos, tres… al escondite inglés: buscando el escondite perfecto.

El escondite

Te acuerdas de este famoso juego que jugábamos de pequeñas, sí, ese, el “escondite inglés”, y decíamos “ronda, ronda, quién no se haya escondido que se esconda”. ¿Lo recuerdas?, alguien se la ligaba y los demás nos teníamos que esconder para que no nos encontrase.
Yo recuerdo una vez muy especial en la que encontré…el escondite perfecto. Era entre unos matorrales, bastante alejada de ese lugar al que llamábamos “casa”. Y ahí estaba yo, escondida, a gusto, sabiendo que mi escondite era genial. Lo que ocurre, es que estaba también escondida, que no me enteraba de nada de lo que estaba pasando y eso, creedme, también me hacía sentirme incómoda, insatisfecha, con esa sensación de: algo me estoy perdiendo, ¿qué estará pasando?, cuánto silencio. ¿Salgo?, ¿me arriesgo a salir de mi escondite?, ¿me pongo en marcha o me quedo aquí agazapada, esperando?

Recorte4_Jugando

Sinceramente pienso y siento, que así es como me siento muchas veces cuando no afronto las cosas, por miedo, por vergüenza, por pereza, o por lo que sea. Me escondo….sí, así es…no sé si a ti te pasará. Te buscas ese lugar en el que te sientes protegida y te mantienes ahí escondida, esperando no se sabe muy bien a qué. Y por un lado estás bien, porque en tu escondite, te sientes segura….pero por otro lado, tienes una inquietud que te hace sentir insatisfecha, porque en el fondo sabes que podrías estar haciendo otras cosas, que podrías afrontar y hablar de lo que te preocupa, que podrías pedir ayuda…en definitiva, que podrías ponerte en ACCIÓN.

Esta es la palabra mágica que desde hace ya dos años me acompaña. Acción y más acción. No pienso esperar escondida a que algo pase. Desde hace dos años he decidido pasar a la acción. Por eso, cuando me doy cuenta de que me estoy refugiando, enseguida me pongo en alerta para salir cuanto antes de mi escondite.

¿Quieres saber algunas de las estrategias que practico?

Procuro ordenar lo que me ocupa, haciendo una lista de preocupaciones, a veces, tan solo la hago mentalmente, el caso es ordenar las cosas, ponerles nombre y fechas. De esta manera, se van colocando y puedo centrarme en una cosa cada vez para ver cómo actuar. Esto me ayuda también a separar lo importante de lo que simplemente lo parece.

Realizo alguna actividad física. Literalmente me pongo activa. Puede ser salir a dar un simple paseo, a tomar un poco el aire o hacer algún recado. Otras veces opto por hacer algo de deporte. Cualquier cosa que me haga salir del escondite. Ahora en invierno lo mejor es un poco de aire fresco y luego un café bien caliente.

Hablo con alguna persona de confianza de lo que me agobia. Este paso es más complicado porque no solo significa salir del escondite, sino también, establecer contacto con otras personas. Sin embargo, cuando hablas de algo que te preocupa, el simple hecho de comentarlo y hacer que salga de tu mente, es un inicio, te da algo de alivio. Esto no significa que esperes una solución externa, eso casi nunca sirve, pero ya no es un secreto escondido, ahora que está fuera, es más fácil actuar sobre ello.

Me pongo manos a la obra: Acción. Una vez ordenadas las cosas, activándome para reducir la tensión y habiéndolo comentado, me siento con fuerzas para ponerme en acción e ir paso a paso resolviendo las cosas. Esto último es muy importante, primero un pie y luego el otro. Si lo quiero hacer todo a la vez, te aseguro que el nivel de estrés aumenta y quizás tenga la tentación de volver de nuevo al escondite.

Recuerda que siempre puedes salir del escondite, eres más importante de lo que piensas. La vida está ahí fuera para vivirla. Si consideras que hablar con alguien en confianza puede ayudarte, ya sabes que puedes contar conmigo y pedir una sesión gratuita. (belen@mindfulnesscongenero.com)

Leave a Comment!

You must be logged in to post a comment.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies. Si continúa navegando acepta nuestra política de cookies.

ACEPTAR
Aviso de cookies