Bienvenida/o a la mente humana. Muchas veces tenemos asociada la práctica de mindfulness y en concreto la práctica de la meditación a conseguir que la mente se calme. Y algo de esto puede ser verdad, pero de lo primero que nos damos cuenta cuando empezamos a practicar, es que la mente piensa todo el rato.
En mi trayectoria vital me he encontrado muchas veces con el muro de la perfección. Un muro muy alto y duro en algunos momentos de mi vida que me ha hecho violentarme y agredirme y por supuesto, si eres dura/o contigo, lo más seguro es que violentes y agredas a los demás. El encuentro con mindfulness a través de un programa de reducción de estrés MBSR, me descubrió una manera diferente de estar en el mundo.
Hace ya muchos años tuve mi primera experiencia en un retiro de silencio y práctica de mindfulness. Iba con miedo, con muchas expectativas, era mi primera vez y yo hablo bastante. Tampoco era tan frecuente como ahora, así que no tuve mucho apoyo, más bien lo contrario: ¡no vas a aguantar! ¡seguro que hablas! ¿y pagas por eso? En fin, ya te imaginas. Pero lo hice, y claro que hubo alguna dificultad, me enfrenté a 6 días sin experiencia previa. Yo había realizado hace un año el programa de reducción de estrés MBSR del que ahora soy profesora, pero no había tenido una experiencia como esa. Después vinieron más retiros, incluso varios de 10 días y siempre tengo aprendizajes. Una puerta de entrada para que quieras más, para que reconozcas que a pesar de todos los obstáculos, hay una manera de vivir mas blanda, más amable, más atenta, más compasiva
La presencia es muy potente, cuando te sientes presente te sientes empoderada/o. Ya no da igual si entras en un espacio o no, porque eres consciente de que estás ahí, tú, justo ahí.
Si elegimos vivir dejándonos rozar por la Vida, elegiremos estar presentes en cada momento, permitiremos que la vida que se despliega en cada instante nos roce y nos transforme.
Las semillas no solo hay que plantarlas con buenas intenciones, también hay que cuidarlas, proporcionarles agua, sol, cuidados y amor, esto último en grandes dosis al menos en mi caso. Y como sucede con el trabajo de agricultura, es imposible controlarlo todo y esto es otra semilla que cultivamos con Mindfulness.
Una vez que tienes bien identificada tu ancla, es algo que puedes utilizar en cualquier práctica de meditación para estabilizarte, o en cualquier momento de tu vida cotidiana. El ancla de tu atención se puede convertir en un refugio para tu mente
Vivimos alejados de la muerte en el sentido de que no la asumimos como una parte natural de la vida, del estar viva. Y mindfulness nos invita a estar con la experiencia de la vida
Practicando mindfulness, nos retiramos a solas para estar plenamente presentes, en cada momento, en cada respiración, siguiendo el ritmo y las sensaciones que te deja en el cuerpo cada inhalación y cada exhalación.
Vivimos muy encerrados en nuestra burbuja, ya sabes que no me excluyo nunca de las reflexiones, y sí, yo también me siento encerrada en mi pequeña burbuja vital, mis amigos y amigas, mi familia, mi trabajo, mi profesión, mi, mi, mi…salir de ahí, no es fácil y sí es importante.
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestría interior en Reiki, Socióloga
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