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No medites tanto… mindfulness con género

Somos seres sociales, desde que nacemos estamos en relación con, bueno, incluso nos gestamos dentro de otro ser. Meditar me hace más consciente de todo esto, y desde ahí, puedo tomar decisiones conscientes para ser más amable y compasiva en mis relaciones.

Encuentros con el silencio: mindfulness con género

Hace ya muchos años tuve mi primera experiencia en un retiro de silencio y práctica de mindfulness. Iba con miedo, con muchas expectativas, era mi primera vez y yo hablo bastante. Tampoco era tan frecuente como ahora, así que no tuve mucho apoyo, más bien lo contrario: ¡no vas a aguantar! ¡seguro que hablas! ¿y pagas por eso? En fin, ya te imaginas. Pero lo hice, y claro que hubo alguna dificultad, me enfrenté a 6 días sin experiencia previa. Yo había realizado hace un año el programa de reducción de estrés MBSR del que ahora soy profesora, pero no había tenido una experiencia como esa. Después vinieron más retiros, incluso varios de 10 días y siempre tengo aprendizajes. Una puerta de entrada para que quieras más, para que reconozcas que a pesar de todos los obstáculos, hay una manera de vivir mas blanda, más amable, más atenta, más compasiva

Belleza y presencia en lo neutro de la vida: mindfulness con género

Todas estamos en esa rueda de hacer, conseguir, tener, yo también por supuesto, pero la práctica continuada de mindfulness nos permite un pequeño vislumbre, de que otra manera de vivir esta vida es posible. Todo aquello que tiene un carácter neutro por común, por disponible, puede convertirse en instantes de belleza que nos nutren, que nos hacen sentir parte de este mundo.

El anhelo: mindfulness con género

El anhelo no es egoísta, nace de un deseo personal, profundo e íntimo, pero te pone en conexión. El anhelo nace de la consciencia, nace de Mindfulness. De esa conexión íntima contigo, de ese sentirte en cada momento de tu vida

Habitar el cuerpo: mindfulness con genero

El cuerpo es el primer fundamento del Mindfulness. La psiquiatra Tara Brach, dice que la Aceptación Radical empieza por un nivel tan básico como es hacernos conscientes de las sensaciones que tienen lugar constantemente en nuestro cuerpo.El cuerpo es nuestro hogar y por tanto debemos habitarlo.

Aquí y ahora: mindfulness con género.

Salir a la calle, darte cuenta de que te duele, que a lo mejor caminas más despacio, pero que también puedes mirar al cielo y ver una nube, aquí y ahora, ese instante de plena consciencia. Y así, con paciencia, con una actitud apreciativa hacia la vida, abrimos espacios de libertad, abrimos “claros en el denso bosque de la vida” como dice la maestra Martha Postlewaite en su poema Clearing.

La presencia: mindfulness con género

La presencia es muy potente, cuando te sientes presente te sientes empoderada/o. Ya no da igual si entras en un espacio o no, porque eres consciente de que estás ahí, tú, justo ahí.

Aceptación: mindfulness con género

Aceptamos también para dejar atrás el orgullo que nos hace creernos omnipotentes, las vidas perfectas con final feliz dignas de una película de Navidad. En realidad, no hay final, hay momentos, circunstancias, idas y venidas, rodeos, atajos…

La práctica de Mindfulness no es relajación: mindfulness con género

No buscamos la relajación, aunque a veces pueda suceder. Buscamos generar y acceder a recursos que nos ayuden a conectar con el presente, porque cuando estamos en situaciones de estrés la mente, los pensamientos suelen estar desbocados, suelen ser repetitivos proyectando un futuro nefasto que en realidad no existe o reviviendo el pasado de manera compulsiva.

La vida cotidiana como práctica de Mindfulness: retiro de silencio

en un retiro de silencio y práctica de mindfulness, se difumina la barrera entre la práctica formal y la práctica informal. Todo se convierte en una práctica de meditación

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