Empoderarse es acceder a la libertad que ofrece la toma de consciencia de que existes, importas y tienes mucho que aportar.
Cuando decimos me siento en paz, estamos conectando con unas sensaciones muy profundas, son tres palabras que salen de lo más hondo de nuestras entrañas. Conectan automáticamente nuestro cerebro y corazón, la mente y el cuerpo, el sentir y el pensar. No son palabras que digamos a la ligera.
Sentarse a meditar significa atender al cuerpo y a la mente – corazón durante un tiempo determinado en una postura que podemos elegir en función de cómo estemos, dónde estemos y de qué medios dispongamos, (silla estable, zafú, banquito).
Una de las cosas que más me apasiona de la mente humana, en la medida que me acerco a su conocimiento, bien sea, a través del estudio o de la práctica de mindfulness, es lo plástica, versátil y amplia que puede llegar a ser.
Una de las cosas que más me llamó la atención hace más de 10 años cuando entré en el mundo del mindfulness y comencé a meditar, es que podía hacerlo en cualquier momento. Yo asistí a un curso de 8 semanas de mindfulness para la reducción de estrés, MBSR con mi cabeza llena de creencias […]
Muchas mujeres paseamos por las mañanas acompañadas de nuestros perros. El paseo a esta hora en la que todo es limpio, fresco, húmedo, se convierte en un momento de entrega y conexión al mismo tiempo.
Cuando vamos más allá del cojín de meditación, permitimos que esa mente – corazón que entrenamos en el cojín, en la silla, en la esterilla, vaya permeando la cotidianidad de la existencia. No es buenismo, lo digo muchas veces en las clases, de hecho, si te pasa como a mí, esa consciencia, muchas veces te devuelve con nitidez una mente reactiva, llena de emociones desagradables.
En concreto cuando utilizamos posturas sencillas de Hatha Yoga que tienen, probada eficacia para cuidar de los músculos y articulaciones y, de las que sabemos, que realizadas desde las actitudes de mindfulness pueden ofrecer un espacio de cuidado y de entrenamiento de la atención plena, lo que hacemos es explorar el cuerpo de una manera muy similar a como lo hacemos en las posturas de quietud. Podríamos decir, que, en realidad seguimos meditando y que la práctica meditativa de atención consciente y amable al cuerpo continúa
¿Te has fijado que las cosas que solemos calificar como mágicas, increíbles, preciosas, bellas, etc., duran tan solo unos instantes? La presencia momento a momento nos permite darnos cuenta de que la vida son Instantes, pequeños momentos que aparecen y se desvanecen.
La primera vez que realicé una jornada de silencio como participante, fue dentro del curso MBSR de mindfulness para la reducción de estrés que realicé hace ya más de 10 años. Esa jornada me asustaba, estaba llena de dudas, no sabía cómo sería estar 6 o 7 horas en silencio sin hablar, sin móvil, sin leer, sin comunicarme con las otras personas. Cómo sería comer en silencio, escuchar los sonidos de mi cuerpo y el de los demás. Los sonidos de los cubiertos chocando con el plato… todo me era ajeno, diferente. Recuerdo perfectamente esa jornada, fue en una finca en la sierra de Madrid, hacía un día de primavera soleado y cálido.
Mindfulness, Coach emocional, Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL), formación en Hipnosis Ericksoniana, maestría interior en Reiki, Socióloga